sábado, 1 de octubre de 2011

Las Tics Y La Lecto-Escritura



El uso generalizado de las TIC en todos los ámbitos de la actividad humana conlleva la exigencia de aprender nuevas formas de leer y escribir. La lecto-escritura ahora se realiza frecuentemente sobre documentos digitales que combinan textos con diversos elementos audiovisuales (imágenes, sonidos, vídeos...), utilizan nuevos soportes (pantallas, teclados y punteros, software de edición…) y requieren nuevas habilidades, ya que las diferencias entre la lecto-escritura tradicional y la nueva lecto- escritura digital son muchas y comprenden múltiples aspectos.

También se debe tener en cuenta las diferencias en cuanto a aspectos ergonómicos: sostenemos y hojeamos los libros con nuestras manos en tanto que los materiales digitales se manifiestan en una pantalla de variados soportes e interfaces (ordenador, PDA, teléfono móvil, TV/DVD, MP3/iPod, consolas de videojuegos, cajeros automáticos, e-book...) que manipulamos con teclados, ratones, lápices electrónicos, pantallas táctiles, etc. Esta visualización a través de las pantallas permite al lector ajustar el tamaño, el color de letra y fondo, la longitud de las líneas del texto, la audición del texto, la activación de las simulaciones y vídeos... Con los adecuados soportes tecnológicos se puede facilitar el acceso a la lectura a personas con discapacidades: hay amplificadores de letra para personas con poca visión, sistemas de lectura automática de audio para invidentes, periféricos para que controlen el ordenador personas con problemas motrices... Casi se pueden hacer milagros. En lo que respecta a la escritura, frente a las posibilidades que ofrecen un lápiz y un papel, la escritura digital cuenta con el apoyo de las múltiples funcionalidades que ofrecen los procesadores de textos multimedia (mover textos y otras ayudas a la edición, corrección ortográfica, etc.). Además, Internet nos ofrece múltiples formas de comunicación asíncrona (correo electrónico, tablones de anuncios, portales dinámicos...) y síncrona (chats, videoconferencias...) para leer y escribir textos a personas de todo el mundo. En el caso de las bitácoras y las wiki, editores que permiten escribir directamente en Internet, es posible que varias personas escriban un documento simultáneamente desde lugares distantes. Como contrapartida hay que aceptar la pérdida de privacidad, ya que las acciones que realizamos en Internet quedan registradas por los proveedores de servicios de Internet y pueden ser interceptadas por "piratas del ciberespacio".

También cambia la mecánica de la lectura y el proceso cognitivo de la información. No es lo mismo leer y escribir documentos con una estructura secuencial y construida con caracteres alfanuméricos y alguna imagen, que leer y escribir documentos con una estructura ramificada hipertextual, saturados de imágenes, vídeos, sonidos digitalizados... Los documentos digitales tienen una tercera dimensión (profundidad) ya que los textos pueden superponerse a las imágenes de fondo y sus elementos actuar también como hipervínculos e ir apareciendo progresivamente según las actuaciones del lector, abriendo múltiples caminos para la lectura. Las posibilidades de interacción se multiplican. Pero también las posibilidades de perdernos en lo accesorio. Como ocurre cuando buscamos información en la inmensa biblioteca en red que es Internet, donde muchas veces perdemos horas y horas “revoloteando” ante documentos que llaman nuestra atención, pero que nos alejan de lo que estábamos buscando.

 Las nuevas posibilidades que ofrece la sociedad de la información digital que estamos viviendo exigen nuevas competencias a todas las personas para no quedarse convertidas en “analfabetas digitales”. Aunque la sociedad debe actuar desde diversos estamentos para facilitar estas nuevas competencias a todos los ciudadanos (los mayores también tienen derecho a acceder a esta nueva cultura digital), la escuela sigue afrontando el reto más importante: asegurar que todos los jóvenes adquieran una adecuada formación básica, en la que, como siempre, las habilidades lecto-escritoras constituyen el núcleo más importante.

Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) inciden de manera significativa en las generaciones más jóvenes, que se adaptan rápidamente a ellas. Podemos aprovechar y potenciar este proceso para que, con el apoyo de las TIC, los niños y niñas mejoren y refuercen sus habilidades de lectura y escritura. La relación entre las TIC y la educación tiene dos vertientes: por un lado, los estudiantes necesitan conocer y aprender el funcionamiento de las nuevas tecnologías. Por otro, las TIC pueden aplicarse al proceso educativo y mejorarlo, ya que éstas proporcionan una inmensa fuente de información, material didáctico y son un instrumento de productividad para realizar trabajos. Para poder integrarlas a la escuela como herramientas que faciliten el aprendizaje, reduzcan el fracaso escolar y sean agente de innovación y desarrollo social, el docente debe seguir una formación permanente.


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